miércoles, 28 de febrero de 2007

¿A qué huele?

Acababa de llegar y nos fundimos en un fuerte abrazo. Rápidamente nos fuimos hacia mi coche mientras nos contábamos los hechos y acontecimientos más importantes desde la última vez que nos vimos:
- Por fin en Sevilla.
- Sí. Tenía muchas ganas de conocer tu ciudad - Me dijo ilusionado - Me han hablado mucho, y bien, de ella.
- Pues tengo una sorpresa para ti. Antes de ir a casa, vamos a hacer una parada y dar un paseo por el centro - Le dije con aire entusiasmado, mientras pude comprobar su alegría.

Mientras paseábamos, la luz bañaba Sevilla, esa luz característica de nuestra ciudad, la que lo llena todo, la que ilumina el ambiente. Pasamos por la Plaza de Virgen de los Reyes para contemplar nuestra Catedral, la esbeltez de la Giralda, el barrio de Santa Cruz, con su frescor pegadizo, Mateos Gago, la calle Alemanes, cargada de vida, la Plaza de San Francisco, que comenzaba a transformarse, el bullicio y ajetreo de la céntrica calle Sierpes, la mutilada Plaza del Salvador, esfuerzo en Villegas para la Cuesta del Rosario, Tres Caídas hasta Águilas, la pintoresca Alfalfa, Alcaicería, Jesús de la Pasión, el minarete de Córdoba, el intimismo de la calle Cuna, la revirá de Orfila, la Plaza de los Azahares, la Campana y la confitería que le da nombre, la Plaza del Duque y su Velázquez oteando el horizonte, la calle de Alfonso XII y su ir y venir de gentes, ramillete de plazas y calles, Plaza del Museo, Herrera el Viejo, Canalejas, la Magdalena, Reyes Católicos, Puente de Triana, y ya en la otra orilla, Altozano, Pureza, Betis y vista de la Torre del Oro, San Jacinto, Castilla y el barrio León, Patrocinio y Puente del Cachorro, frescor de nuevo por Baños, para conocer San Vicente, el barrio de Castillo-Lastrucci, un quiebro, Marqués de la Mina, Alcoy, ya estamos en San Lorenzo, Hernán Cortés, Eslava y el Señor de Sevilla, ya estamos en San Lorenzo, ya estamos en la Plaza, ya estamos en el Salón de Sevilla, donde se mudó Juan de Mesa para estar cerca de su Nazareno, Conde de Barajas, Amor de Dios, Alameda de Hércules, Relator, la Feria, Escoberos y San Gil, esencia Macarena, San Luis, Santa Marina, Plaza San Marcos, Bustos Tavera, Plaza de los Terceros, Santa Catalina, Gerona, doña María Coronel, Plaza del Cristo de Burgos, bendita Santa Ángela, recogimiento de San Juan de la Palma, San Martín, Cervantes, angosta San Andrés, estrecha San Miguel, dos revueltas y enfilamos Las Cortes, a la derecha Plaza de la Gavidia, a la izquierda, Plaza de la Concordia. Y fue allí, en esta sevillanísima plaza, donde mi amigo pidió tomar asiento para descansar, y razón tenía. Delante de San Hermenegildo, delante de la fuente que cruza sus aguas y brinda un repiqueteo agradable que complementa la luz, esa luz de Sevilla tan característica, esa luz de primavera, esa luz que trae una brisa templada, que te acaricia y ornamenta ese azul limpio que sirve de fondo a un inconmensurable sol, que nos siguió en todo nuestro recorrido, iluminando Sevilla, sus calles y sus naranjos, ¡ay sus naranjos!, en Santa Cruz, en Alemanes, en San Francisco, en el Salvador, en Azahares, el barrio León, Macarena, la Palma, Gavidia y Concordia. Y fue allí donde pude observar su expresión, ¿asombro?,¿extrañeza?,¿alegría?,¿ilusión?...

- ¿A qué huele? - Me preguntó, sorprendiéndome en mis pensamientos. Lo miré y le dije:
- Huele a Misericordias en Santa Cruz, a pescaíto frito en Mateos Gago, a madera de sillas en San Francisco, a cera en Sierpes, a tapas en el Salvador, huele al crujir de la madera en la Cuesta del Bacalao, a Presentación y Sangre en Tres Caídas, a Desamparo y Abandono en Águilas, a cuero de sandalias en Alcaicería, huele a Pan en la Plaza de Jesús de la Pasión, y también en Orfila, huele a caramelos, crema, miel y dulce en la Campana, huele a nazarenos, a Silencio en Alfonso XII, a Murillo en el Museo, a Calvario y Descendimiento en la Magdalena, hasta Reyes Católicos llega el olor de los toques de Triana, huele a Cigarreras y Pureza, a Esperanza, Estrella, en San Jacinto y carey en Castilla, huele a túnicas blancas, costal y morcilla en el barrio León, a izquierdo por delante, a Expiración en el Patrocinio, a Penas en San Vicente, huele a madera y barníz en Castillo-Lastrucci, huele a rachear de pasos en San Lorenzo, a Soledad, a Bofetadas, a devoción, a cuero, esparto y ruán, huele a esmeraldas en Relator, a Rosarios en Feria, a Esperanza en Escoberos, a venia en San Gil, a Sentencia en San Luis, a Resurrección en Santa Marina, a Mortaja en Bustos Tavera, huele a Pan y Vino en los Terceros, a aceite en doña María Coronel, a oboes en el Cristo de Burgos, a cantos y bendición en Santa Ángela, y ¡cómo huele a Amargura en San Juan de la Palma!, a Desprecio y Silencio Blanco, a lanza y llanto en San Martín, huele a sentimiento de Ortega Bru en San Andrés, a traslados y a rosas rojas de don Iñaki, huele a incienso en el Duque, huele a incienso en Sevilla, huele a cornetas y tambores, cera derretida, flores en jarrillos de plata, túnicas y esparto, ruán, sandalias racheando, huele a bordados de Ojeda, a dulces de caramelo, huele a bambalinas, a borlones, a saetas, ¡y a azahar!, ¡ay cómo huele a azahar!, en la Gavidia, en la Concordia, en toda nuestra ciudad, esencia de primavera, esencia de Sevilla...- mi amigo me miró sorprendido, con los ojos como platos, y acto seguido me sonrió.

- ¿A todo eso huele? - a lo que yo le respondí con una amplia sonrisa:- Huele a vísperas amigo mío

miércoles, 14 de febrero de 2007

Terremoto en fianqueto

Hace dos veranos, mi tío Pedro, el mejor jugador de ajedrez que conozco, me enseñó lo que era un "alfil en fianqueto" (en italiano fianchetto) en una de esas tardes calurosas llenas de guerra sobre tablero. El movimiento consistía en situar el alfil en el hueco dejado por el peón situado frente al caballo, de ese modo rey y alfil se protegían mutuamente, además de continuar la partida y olvidarse con el fragor de la batalla, transformándose, más adelante, en un arma escondida.

Que Sevilla sufría un terremoto es algo que se han encargado de vociferar a los cuatro vientos, que fue de una intensidad de 4 grados también se ha hecho constatar, que el original fue de 6’1 en la escala Richter ha salido en todos los medios, al igual que el lugar del epicentro y por supuesto, la fecha y hora del seísmo. Sin embargo, los dos últimos detalles son erróneos, ya que el verdadero terremoto aparecía en el estadio Manuel Ruiz de Lopera el sábado entre las 21:30 y las 22:00 horas. ¿Cómo surgió el seísmo?, a día de hoy es casi imposible reconstruir los hechos claramente, sin embargo, acudiendo a varias fuentes, podemos decir que ocurrió de la siguiente manera: José María del Nido y José Castro llegan al estadio Manuel Ruiz de Lopera con motivo del partido que enfrentaban a Real Betis Balompié y Sevilla F.C. en la Liga. Antes del comienzo, y con motivo del Centenario, el Real Betis está entregando un obsequio a todos los equipos que visitan el feudo verdiblanco, que simboliza su afición, y dicha entrega se realiza en la sala de trofeos ante el busto del que fuera presidente y ahora mayoritaria del club. Ante esta situación, el presidente y vicepresidente sevillista rechazan adquirir dicho obsequio en dicha sala ante dicho busto (en ese momento estalla el terremoto). Oscar Arredondo, jefe de los servicios jurídicos del club bético, alega que al romperse el protocolo ellos hacían lo mismo, y textualmente dijo “nos pareció una falta de respeto y lo mandamos a la esquina” (6’1 en la escala Richter). Todo lo demás es una onda expansiva que agravó la situación: por megafonía se anuncia la negativa del presidente sevillista a recoger el obsequio bético (la intensidad del terremoto alcanza la grada causando crispación y caída de objetos al terreno de juego); concluye el partido y aquí hay división de opiniones béticas y sevillistas: Del Nido insulta a Javier Páez, sobrino de Lopera, (según testigos con palabras como “tienes la misma cara de maricón que tu tío") y sufre un empujón, otras fuentes señalan que no hubo insultos pero sí empujón, en fin, informes, sentencias, veredictos y opiniones de todas clases y colores (verdes y rojos para ser exactos).

Cuando parecía disipado el terremoto, aparece una réplica el lunes 12 de febrero, que hace que Sevilla tiemble como lo hizo en 1969, y todo el mundo, menos yo, se entera, corriendo despavorido a la calle ante posibles conjeturas del verdadero motivo. Algunos buscan una cámara de televisión desesperadamente, llaman por los móviles y otros simplemente, se fuman un cigarro comentando la ‘jugada’. Se escuchan conclusiones de todo tipo: en los juzgados la gente cree que se trata de la tuneladora (comprensible ante la desviación de dos metros), alguien recuerda la fatídica madrugá de 2000, otro le echa la culpa al niño del tambor de Juan y Medio, que tiene que tener las muñecas de acero inoxidable y con rotación mecánica de energía renovable, porque es tela de ‘jartible’, y por último, un amigo mío me llama para contarme algo sorprendente: estaba en el campanario de la Giralda cuando ocurrió todo, y se escuchó a alguien reír, miró hacia arriba y vio como el Giraldillo le decía:
- Me he enterado que van a hacer una torre nueva, así que dile al autor que la haga tan impresionante como la que yo corono, porque ésta que llaman Torris Fortísima hace honor a su nombre, que ya lleva unos cuantos de seísmos, y más fuertes que éste, sino pregúntale por el de 1356 o el de 1755, que en éste último ya estaba yo dominando el cielo hispalense... ¡y ahí la tienes! Solo tres metros de cimientos.

Cuando parecía que todo era calma y que había pasado todo, cual alfil en fianqueto que se ha olvidado, aparece el Sevilla F.C. comentando el trato recibido como “puro estilo Betis”, José León, presidente del Real Betis hace desafortunadas declaraciones en Canal Sur Radio y veta la entrada de su homónimo sevillista al estadio bético, y el niño de Juan y Medio vuelve a coger la caja por banda y repicarnos en cada momento televisivo de la cadena andaluza ¡niño estate quieto ya!.
Me parece totalmente vergonzoso el comportamiento de ambas directivas, patrocinadoras de un pragmatismo exacerbado que desaparece ante el banal comportamiento en el palco, siendo protagonistas de un terremoto mayúsculo ante el extraordinario comportamiento de los futbolistas, auténticos ejemplos a seguir en esta ocasión. Ambos presidentes caen en el error de eclipsar el verdadero espectáculo, y lo más lamentable es la incitación a la violencia que rezuma en cada uno de los episodios emitidos por cada directiva.

¿Qué opinan 'vuesas mercedes' de ambos terremotos?, ¿sintieron el verdadero seísmo?, ¿seguirá dándole al tambor el niño de Juan y Medio?, ¿creéis que alguna directiva se equivocó más que la otra?. Coger una silla, arrimarse y contadme que opináis.

jueves, 8 de febrero de 2007

¿La Giralda del siglo XXI?

El pasado 24 de enero salía elegido el proyecto de César Pelli para Sevilla. El autor, creador de las famosas Torres Gemelas Petronas de Kuala Lumpur, ha optado por un edificio de 178 metros de altura, que significará un coste económico global de 177 millones de euros, siendo 250 millones si se incluyen los terrenos. Se dice que es "símbolo de un tiempo nuevo y de una pretendida modernidad", aunque también hay un refrán que dice "Una golondrina no hace verano". Sevilla está a cuatro años (si se cumplen los plazos) de cambiar su techo de 97 metros por el de 178, de realizar una nueva torre, aunque esta vez con formas y materiales distintos.
¿Qué pensáis de este tema?,¿estáis de acuerdo con el proyecto?,¿qué creeis que puede aportar a la ciudad?,¿es necesaria una torre de 178 metros para ser 'modernos'?... pasad, echarse un trago de agua y opinad.

domingo, 4 de febrero de 2007

El aguaó empieza a dar agua...

... y con la vista perdida, o quizás cansada por el paso del tiempo, el aguador le entregó el agua... ¿o era su sabiduría?
Allí estaba: la vista perdida, cansada, cargada de sabiduría y conocimientos, mientras le tendía la copa exornada en su interior con un higo que refrescaba el calor y el hastío de las tardes de Sevilla. El muchacho asentía con la cabeza mientras recogía en su mano el líquido elemento, observando las ajadas ropas del viejo aguador, quizás por curiosidad o bien por no mirar a los ojos del hombre que reparte agua por Sevilla. Al fondo, la madurez aplaca su sed, mientras las gotas resbalan por el lienzo.

Se abren las puertas del mundo del blog para mí. Hacía tiempo que quería entrar, y hoy por fin me he decidido. Desde aquí os doy mi bienvenida a este pequeño rinconcito del gran universo que es Internet.
¿Y que se puede ver aqui?, mis opiniones y las vuestras. Asomaos a echar un trago de agua.