domingo, 1 de julio de 2007

¿Somos los sevillanos barrocos?

- En Sevilla es Barroco – yo me quedé mirándola y le sonreí.
- No es Barroco en Sevilla. También hay Renacimiento y Gótico. Y como diría don Antonio Gala, también hay “babucha mora y alpargata romana”. Sevilla tiene mucha riqueza artística.
- Sí pero la mayoría es Barroco. Sevilla es Barroca – mi prima seguía en sus trece. Así que le volví a sonreír.
- ¿Sevilla o el sevillano? – le pregunté.

Analicemos el término “Barroco” desde un manual especializado, el Diccionario de Términos de Arte de Guillermo Fatás y Gonzalo M. Borrás:
(acaso del port. aljofre baroco = perla irregular; acaso del florentino barochio = engaño). Estilo que se desarrolló durante el siglo XVII y primera mitad del XVIII. Sus características especiales hicieron que fuera menospreciado por la crítica neoclásica, por lo que la palabra ha pasado a tener un contenido peyorativo que va perdiendo poco a poco. Acaso las dos ideas matrices del Barroco sean las de movimiento, que imprime a todos sus elementos, y –en Arquitectura- la pérdida de papel constructivo de muchos de ellos, a favor de una mayor riqueza ornamental e ilusionista.
Por extensión, artificioso, complejo.
En la RAE encontramos una definición muy parecida, destacando quizás, la segunda acepción, por no incluirla el diccionario anterior:
2. adj. Excesivamente recargado de adornos.

Entonces me di cuenta lo que quería decir mi prima. Estaba en casa de mi abuela y contemplé los dos muebles que tiene en el salón, cargado de toda clase de objetos, así como el de la televisión. La memoria me hizo recordar ejemplos de ese horror vacui sevillano, tan claros como el Retablo Mayor de la Iglesia del Hospital de la Caridad, el Retablo Mayor de la Catedral, el más grande de toda la Cristiandad, la portada del Palacio de San Telmo, el Paso del Cristo del Amor, la caseta de un distrito en Feria, el interior de Santa María La Blanca, la bulla en Semana Santa... Me paré detenidamente en cada detalle: fotografías, un montón de ellas, bandejas, tazas, platitos, teteras, figuritas, todo de porcelana. En otro mueble toda una cristalería, sin olvidar una vez más la porcelana, y las fotografías, siempre las imágenes que traen recuerdos. Y en el de la televisión (donde aparece el programa de Canal Sur de las mañanas, básico para mi abuela) todo un ejercito de figuras invaden a un vídeo nuevo, casi por estrenar, y que apenas usa... “mayor riqueza ornamental e ilusionista”, “excesivamente recargado de adornos”. Barroco.
A la mente me vino una palabra derivada del término que hemos nombrado: barroquismo, abuso de lo ornamental, recargamiento que confunde al espectador.


¿Es Sevilla Barroca por encima de todas las cosas?, ¿alguna de vuesas mercedes posee un horror vacui parecido al de casa de mi abuela?, ¿somos los sevillanos barrocos?... el muchacho al que sirvo el agua me mira a los ojos y aparta la vista. Ha hecho un gesto, casi imperceptible, que parece advertirme: ‘¿y vos habláis de Barroco, viviendo en un cuadro de don Diego...?

15 comentarios:

Ludwig Constantine dijo...

¿Barroco? Creo que lo que quieres decir es marroco, que es el arte árabe....

Bromas aparte, ya sabes lo que pienso de esto. Sí, Sevilla (y los sevillanos) es muy barroca, y no me refiero sólo a la arquitectura. Y tú el primero.

Raúl Ramírez dijo...

La casa de tu abuela es la leche, pero no es la única.... Miles de ejemplos los tenemos a diario. Has dao en la clave. El sevillano es barroquisimo... Buena tesis a desarrollar: "La pervivencia del barroco en nuestros días: el barroquismo cotidiano en el espíritu sevillano" Podría ser el título de la asignatura de Libre configuración por seis créditos para el próximo curso en el rectorado. Me apunto!!!! El final de lo de Don Diego, magistral...

Híspalis dijo...

Pues claro que Sevilla es muy barroca. No hay más que advertir en la mayor parte de pasos de nuestra amada Semana Santa, y sensacional la ilustración de la casa de tu abuela. ¿Quién no tiene o ha tenido una abuela con ese mismo escenario que presentas? En conclusión, pienso que el sevillano hace del barroco un estilo menos cargado, será por la costumbre de vivr rodeado de esta forma de arte.

Una vez más, gracias por estas clases.

Híspalis dijo...

Estimado amigo: he rendido un pequeño homenaje a nuestros amigos: http://sevilla-justa.blogspot.com/2007/07/las-farolas-del-puente-de-san-telmo.html

Anónimo dijo...

Coño (con perdón), al ver la primera foto pensé que era la casa de mis padres.

¿Qué si somos barrocos? Una jartá...

Er Tato dijo...

¡Hay que "vé" lo "grasioso" que estás en la foto "de cuando chico" que tiene tu abuela en "er mueble bá"!

¿Y tú preguntas si somos barrocos? Sólo tienes que escuchar, por enésima vez, el chiste de los garbanzos del genial Paco. ¡Barroco puro!

Y por cierto, estoy con Raúl. Genial el remate del artículo. Se me ha puesto la piel de la hembra del gallo, de menor tamaño que éste, cresta pequeña o rudimentaria, cola sin cobijas prolongadas y tarsos sin espolones. Y hasta me he "acojonao". ¡Qué si somos barrocos, dice.....!

Un abrazo, querido aguaó.

Anónimo dijo...

Vaya, que cantidad de ... cosas.
Un beso

el aguaó dijo...

Amigo Ludwig: me apodo el aguaó y tengo una obra del genial don Diego Velázquez encabezando mi blog... mi "barroquismo" rebosa.

Querido Raúl Ramírez es un placer volver a verle por aqui. Si esa asignatura se lleva a cabo asistiría sin pensármelo. Vuelva cuando quiera. Y gracias por sus palabras.

Amigo Híspalis me halagas. Te devuelvo el agradecimiento: gracias a tí.

Coño sin perdón querido Maese. Esta es tu casa, ya lo sabes.

Querido Tato, ¡que excelente ejemplo!, ¿hay un chiste más barroco que el de los garbanzos de Paco Gandía?

Pues no he fotografiado todos los muebles querida Glauca.

Un fuerte abrazo a todos.

Reyes dijo...

El barroco está en casa de mis tias, de mi suegra y de mi madre, porque son exactamente iguales a la de tu abuela.
Y la foto de mi Comunión, que fue el peor día de mi vida, inevitable.
Estoy con todos, me quito el sombrero ante vos.

Anónimo dijo...

Dama, tú la foto de la Comunión, pero mi foto de la mili no hay manera de que mi madre la quite.

del porvenir dijo...

Lo que somos los sevillanos, además de barrocos, es de lo que no hay.

Enrique Henares dijo...

Algo de barrocos tenemos todos, decorando, hablando, escribiendo..., debe ser algo innato.

Anónimo dijo...

barrocos, los sevillanos sois barrocos en el vestir, en el hablar, en la decoración, en la semana santa, en la feria, en el rocio, en la plaza españa, en ....toda sevilla!!!!!

es característico, no?? nosotros, los gaditanos, somos los graciosos...no sé qué es peor...

El Ojo de Sevilla dijo...

Sevilla es barroca. Lo lleva en la sangre. Nos gusta lo recargado, los ornamental. Nos gusta ese entretenimiento que supone mirar algo y tardar en en verlo todo. Lo recargado ayuda a imaginar, a buscar entre el tumulto. Lo barroco es misterioso. El sevillano es así. ¿Es bueno, es malo? Es Sevilla. Una ciudad con estilo propio. Podrá gustar o no, pero así es.
¡Felicidades!

el correoso dijo...

Barroco las manos de mi sobrina llenas de anillos, las orejas de pendientes... lo de casa de tu abuela, sin comentarios.